“Ahora he conocido el poder del Señor”
“Franklin The Boss”, como se le conoce en el ambiente artístico, era un joven dinámino e hiperactivo con un estilo desenfadado tal vez, propio de la juventud hasta que un día cualquiera fue apresado sin él tan siquiera saber qué sucedía.
El Tribunal del Distrito de Carolina del Norte, Estados Unidos, lo requería por supuestos cargos de conspiración con otros en el tráfico sexual. Sin embargo, tras 10 meses en prisión (Najayo) por esta acusación, recibió la noticia que lo hizo el hombre más feliz del planeta. “Eres un hombre libre”, le dijo su abogada Manuela Ramírez Orozco.
Ya había una experiencia vivida, de días y noches en una cárcel que él nunca imaginó llegar. Tras su salida, se reunió con la prensa criolla y demostró que es un hombre nuevo que incluso es capaz de hablar del poder de Dios y de lo que ha hecho con su vida. “He conocido el poder del Señor, a través de su palabras gracias a que uno de mis músicos me llevó varios libros a la cárcel y también mi familia, además me llevaron la Bíblia”, cuenta con una tranquilidad que asombra.
Recuerda que en la cárcel inició un grupo de estudio bíblico y que además formó un equipo de baloncesto y activó el gimnasio. Franklin tiene la virtud de influir en las personas y de motivarlas y lo utilizó allí para ayudar a los amigos presos a que se motivaran. Fueron días difíciles los que vivió en el pabellón de estrema seguridad en Najayo aunque él trataba de no pensar en eso.
“Siempre fui positivo, nunca me sentí preso porque yo sabía que iba a salir de eso”, comentó con seguridad a los periodistas congregados en un salón del hotel Jaragua en la mañana de ayer.
Franklin aún tiene muchas interrogantes, como por ejemplo ¿porqué fue la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) que lo apresó si no eran cargos de drogas?, confesó que le dolió ver el manejo que muchos medios le dieron a su apresamiento (aunque no los culpa) y los cargos, porque él tiene hijos. “Yo solo pensaba en mis hijos”.
En el encuentro aprovechó para pedirle a la DNCD que de igual manera que hicieron circular la foto de él fichado, que difundan su fotografía ahora en libertad. El artista hizo un llamado especial al director de este organismo para que por favor se le entregue todos los bienes incautados al momento de su detención. “Espero que no haya que hacer tantos papeleos, porque ya todo está aclarado”, sostuvo. Otros en su caso no quisieran volver a entrar jamás a la cárcel, pero Franklin dejó allí amigos a los que no quiere abandonar y a los que prometió ayudar y seguir contribuyendo en su formación cristiana. “Fui a visitarlos y ver qué necesitaban, para luego volver”. Él está seguro que quiere ser un hombre nuevo.