Pendientes y lingotes de plata de unos 3300 años de antigüedad han sido encontrados en Abel Bet Maaca, una de las ciudades bíblicas del norte de Israel
JERUSALÉN
Una jarra de barro que contiene cinco pendientes y varios lingotes de plata de finales de la Edad de Bronce han sido descubiertos en la ciudad bíblica de Abel Bet Maaca, cerca de la frontera de Israel con el Líbano, junto a las fuentes del Jordán, a una decena de kilómetros al oeste de Baniyas, la antigua Cesarea de Filipo.
Con vistas al valle de Hula, Abel Bet Maaca era una ciudad activa en la Edad del Hierro en el norte del reino de Israel. El Libro de los Reyes narra su conquista por Ben-hadad I de Damasco a principios del 9 adC y por el rey neo-asirio Tiglat-Pileser III en el año 733 adC.
Durante las excavaciones en la zona durante el verano de 2013, un equipo de arqueólogos de la Universidad Azusa Pacific y de la Universidad Hebrea encontraron una gran estructura de piedra, posiblemente una torre que formaba parte de una fortificación.
Cerca de la base de la estructura de piedra, el equipo encontró «una pequeña jarra que contenía un tesoro de plata compuesto por pendientes y lingotes». Basándose en la cerámica que rodea la pequeña jarra, los arqueólogos datan el tesoro a finales de la Edad del Bronce o principios de la Edad del Hierro -hace alrededor de 3300 años- el período asociado con la aparición del pueblo de Israel en esta tierra, provenientes del Éxodo de Egipto.
Con vistas al valle de Hula, Abel Bet Maaca era una ciudad activa en la Edad del Hierro en el norte del reino de Israel. El Libro de los Reyes narra su conquista por Ben-hadad I de Damasco a principios del 9 adC y por el rey neo-asirio Tiglat-Pileser III en el año 733 adC.
Durante las excavaciones en la zona durante el verano de 2013, un equipo de arqueólogos de la Universidad Azusa Pacific y de la Universidad Hebrea encontraron una gran estructura de piedra, posiblemente una torre que formaba parte de una fortificación.
Cerca de la base de la estructura de piedra, el equipo encontró «una pequeña jarra que contenía un tesoro de plata compuesto por pendientes y lingotes». Basándose en la cerámica que rodea la pequeña jarra, los arqueólogos datan el tesoro a finales de la Edad del Bronce o principios de la Edad del Hierro -hace alrededor de 3300 años- el período asociado con la aparición del pueblo de Israel en esta tierra, provenientes del Éxodo de Egipto.
Robert Mullins de la Universidad Azusa Pacific explica que estos pendientes eran un accesorio para ambos sexos, por lo que podrían haber pertenecido a un hombre o una mujer.
Dado que el hallazgo es anterior a la invención de la moneda en casi mil años, el tesoro de plata podría haber servido como reservas de ahorro. «Antes de las monedas -inventadas en el siglo 5 adC- la gente usaba piezas de plata, como el famoso siclo de la Biblia», dijo Mullins. «Estas piezas fueron colocadas evidentemente en una jarra cuyo cuello había desaparecido, probablemente para su custodia.»
Dado que el hallazgo es anterior a la invención de la moneda en casi mil años, el tesoro de plata podría haber servido como reservas de ahorro. «Antes de las monedas -inventadas en el siglo 5 adC- la gente usaba piezas de plata, como el famoso siclo de la Biblia», dijo Mullins. «Estas piezas fueron colocadas evidentemente en una jarra cuyo cuello había desaparecido, probablemente para su custodia.»